El Dióxido de carbono, es un gas incoloro, inodoro y con un
ligero sabor ácido, cuya molécula consiste en un átomo de carbono unido a
dos átomos de oxígeno (CO2). El químico escocés
Joseph Black lo denominó "aire fijo", y lo obtuvo a partir de la
descomposición de la marga y la caliza, como parte de la composición
química de esas sustancias.
El químico francés Antoine Lavoisier lo
identificó como un óxido de carbono al demostrar que el gas obtenido por
la combustión del carbón de leña es idéntico en sus propiedades al
"aire fijo" obtenido por Black. El dióxido de carbono es 1,5 veces
aproximadamente más denso que el aire. Es soluble en agua en una
proporción de un 0,9 de volumen del gas por volumen de agua a 20°C.
El
dióxido de carbono se produce por diversos procesos: por combustión u
oxidación de materiales que contienen carbono, como el carbón, la
madera, el aceite o algunos alimentos; por la fermentación de azúcares, y
por la descomposición de los carbonatos bajo la acción del calor o los
ácidos.
Comercialmente el dióxido de carbono se recupera de los gases de
hornos de calcinación, de los procesos de fermentación, de la reacción
de los carbonatos con los ácidos, y de la reacción del vapor con el gas
natural, una fase de la producción comercial de amoníaco. El dióxido de
carbono se purifica disolviéndolo en un solución concentrada de
carbonato alcalino y luego calentando la disolución con vapor. El gas se
recoge y se comprime en cilindros de acero.
La atmósfera
contiene dióxido de carbono en cantidades variables, aunque normalmente
es de 3 a 4 partes por 10.000, y aumenta un 0,4% al año. Es utilizado
por las plantas verdes en el proceso conocido como fotosíntesis, por el
cual se fabrican los carbohidratos, dentro del ciclo del carbono.
El dióxido de carbono se usa para fabricar carbonato de sodio, Na2CO3 · 1OH2O (sosa para lavar), e hidrogenocarbonato de sodio, NaHCO3
(bicarbonato de sodio). Disuelto bajo una presión de 2 a 5 atmósferas,
el dióxido de carbono produce la efervescencia de las bebidas gaseosas.
No arde ni sufre combustión, por lo que se emplea en extintores de
fuego. El extintor de CO2 es un cilindro de acero lleno de
dióxido de carbono líquido que, cuando se libera, se expande
repentinamente y produce una bajada de temperatura tan enorme que se
solidifica en "nieve" en polvo. Esta nieve se volatiliza (se evapora) al
contacto con la sustancia en combustión, produciendo una capa de gas
que enfría y mitiga la llama.
El dióxido de carbono sólido, conocido
comercialmente como "hielo seco", se usa mucho como refrigerante. Su
capacidad para enfriar es casi el doble que la del hielo del agua; sus
ventajas son que no pasa a líquido sino que se convierte en un gas,
produciendo una atmósfera inerte que reduce el crecimiento de las
bacterias. La presencia de dióxido de carbono en la sangre
estimula la respiración. Por esa razón se le añade dióxido de carbono
al oxígeno o aire ordinario en la respiración artificial, y a los gases
utilizados en la anestesia.
Veamos a continuación del programa
español denominado el hormiguero sobre como flipy con sus compañeros,
nos explica en forma divertida, las diferentes efectos y aplicaciones
del hielo seco.
Muy divertido, ¿verdad?, bien que te parece si ahora escribes debajo del Link tus comentarios sobre el tema. Hasta pronto...